Nunca habrá una verdadera paz si excluimos a algunas poblaciones del Acuerdo
El pasado 22 de mayo se discutió en las comisiones primera de Senado y Cámara el articulado de la ley que reglamenta la Justicia Especial para la Paz (JEP), la votación tuvo que ser aplazada, entre otras cosas, por el partido MIRA, que se retiró al momento de esta, lo que terminó en una falta de quórum.
El partido asegura que debe sacarse a la población LGBTI de la JEP pues, argumentan, que el enfoque de género en el proceso de paz hace referencia únicamente a hombres y mujeres. Una tesis falsa, en tanto que dicha población sí se encontraba en el Acuerdo de Paz. Ante tal equívoco, GPaz, grupo de trabajo y género, integrado por activistas feministas, representantes de la población LGBT, defensoras de derechos humanos, victimas, académicas, entre otras, queremos explicar por medio de este comunicado el error en el que incurre el MIRA.
El Partido Mira ha sustentado que mencionar la población LGBTI o la expresión orientación sexual, tema que fue centro de debate este martes, viola el Acuerdo de paz ya que este solo hace referencia a hombres y mujeres. No obstante, antes de analizar el artículo en cuestión, es necesario preguntar a quienes sostienen tal argumento: ¿Qué son las personas LGBTI si no hombres o mujeres?, ¿Los hombres gays no son hombres?, ¿Las mujeres trans o lesbianas no son mujeres?
La paz debe ser de todos y todas, y esto requiere de inclusión, de no hacerlo no sería una paz verdadera ni aportaría a la reconciliación. Es por esto que este acuerdo tiene muchos enfoques, como el territorial, diferencial o de género, incluyendo a poblaciones como la indígena, afro, LGBT, entre otras. Pensar en excluir a alguna de estas es, de hecho, violar la cláusula de discriminación con la que cuenta el Acuerdo de Paz.
El tema es tan claro que la interpretación dada en el documento del Acuerdo señala que: “() el enfoque de género significa el reconocimiento de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres de las circunstancias especiales de cada uno ()”, haciendo énfasis en que hay multiplicidad de circunstancias y, cabe recordar, que una de ellas tiene que ver con sus preferencias sexuales y/o de género, circunstancia que no elimina el hecho de que esta población esté conformada por hombres o mujeres.
Las expresiones LGBTI, identidad de género u orientación sexual pueden eliminarse de los textos que se discuten en el congreso, sin embargo, eso no significaría que se extingue la obligación del Estado colombiano de respetar, proteger y garantizar el derecho universal a la igualdad sin discriminación alguna, una máxima que igualmente retoma el Acuerdo de Paz cuando explica el enfoque de género que: “()Se respetan la igualdad en sus diferentes dimensiones y la igualdad de oportunidades para todos y todas en el acceso a los diferentes planes y programas contemplados en este Acuerdo, sin discriminación alguna ()”.
Eliminar a la población LGBTI del acuerdo significaría negarles la justicia o impedirles a las más de 2.149 víctimas de esta población (según el Registro Único de Víctimas), la oportunidad de conocer lo ocurrido con ellas en la guerra. ¿Podría entonces la Unidad de Víctimas negar la reparación cuando las víctimas son homosexuales o lesbianas?
Sigue siendo necesaria la pedagogía y aclarar este gran equívoco que nos llevaría a un proceso de paz fracturado, un nuevo error que no podemos permitirnos. Confiamos en la buena fe del MIRA cuando ha afirmado, y lo sigue haciendo, que reconoce la legitimidad del Acuerdo de Paz, por eso esperamos que solo se trate de una debilidad en su interpretación y que Gpaz, como grupo experto en género y paz, pueda contribuir a aclarar la discusión que determinó, en gran medida que este importante proyecto de ley no prosperara en el Congreso.
GPaz: Género en la Paz.
Grupo de Trabajo de activistas Feministas, LBTI, Académicas, Víctimas y Defensoras de Derechos Humanos, para la implementación del enfoque de género en la construcción de la Paz en Colombia