De acuerdo con las normas penitenciarias, los procesos de resocialización en los establecimientos carcelarios se adelantan a través de actividades de estudio, trabajo y/o enseñanza. Dichas acciones otorgan la posibilidad a los internos de redimir su pena.
En contravía de los fines resocializadores de la pena, muchas personas LGBT no tienen acceso a este tipo de programas debido a los estereotipos y prejuicios hacia su orientación sexual o identidad de género.