Mi bisexualidad como lucha contra la discriminación

Mi bisexualidad como lucha contra la discriminación

Aceptar que soy bisexual ha sido una de las experiencia más liberadoras de mi vida y contarlo a las personas más cercanas ha sido mi forma de lucha contra los prejuicios.
Por: Laurie Coutu-Racette

Me llamo Laurie, tengo 24 años y crecí­ en un pueblito que se llama Saint-Donat, en la provincia de Quebec, Canadá. A los 17 años me mudé a la ciudad de Montreal para estudiar, y descubrí­ mi pasión por los viajes, así­ que también empecé a recorrer varios paí­ses del mundo.

Pasé gran parte de mi vida pensando y diciendo que era heterosexual. Crecí­ en un lugar donde no habí­a otras identidades de género y orientaciones sexuales que más que cisgénero y heterosexual. Era la norma, mi único modelo. Mis papás, hermanos, tí­os,tí­as, primos, primas, los papás de mis amigos, todos eran cisgénero y heterosexuales.Empecé a salir con chicos muy joven. A los 13 años, ya tení­a mi primer novio más serio.Tuve varios desde ese momento. Nunca me habí­a cuestionado sobre mi orientación sexual, y aún menos sobre mi identidad de género. Siempre habí­a tenido fantasí­as con mujeres, pero nunca se habí­an materializado y nunca les habí­a prestado atención hasta hace poco.

Hace dos años, empecé a prestarle más atención a estas fantasí­as que tal vez no eran tan banales y a preguntarme sobre mi orientación sexual. Dándome este espacio y el derecho a cuestionar mi heterosexualidad empecé a sentir atracción sexual por mujeres. Fue así­ que por primera vez en mi vida hablé de estas fantasí­as, atracciones y cuestionamientos con mi exnovio. Esta experiencia fue muy liberadora. Pocos meses después empecé a hablar de ello con mis amigos; también estuve, aunque por muy poco tiempo, con algunas chicas y, poco a poco, esta parte de mí­ que antes me parecí­a extraña y misteriosa se volvió algo normal, algo que hace parte de mí­, con la que me siento cómoda. Empecé a identificarme como bisexual. Aunque no he hablado de esto con mi familia, sobre todo, porque hasta hoy solo he tenido hombres como pareja, hoy puedo decir que todo mis amigos y mi pareja saben que soy bisexual. Viajé a varios paí­ses en los que hice buenos amigos, a los cuales también les conté sobre mi orientación sexual. La verdad es que mi experiencia, en mi paí­s, y en otros paí­ses como Colombia, fue muy buena. Creo que todas las personas a quienes les conté que era bisexual reaccionaron positivamente; algunas estaban sorprendidas, pero todas me aceptaron tal y como soy.

El hecho de ser bisexual no ha cambiado absolutamente nada en mis relaciones con los demás ni con mi pareja, con mis amigos cercanos o lejanos, colegas de estudio o de trabajo. El amor que estas personas me tienen y que me tengo a mí­ misma como mujer bisexual es la mejor arma contra el odio y la discriminación. Sé que todaví­a hay muchos prejuicios sobre el amor o el sexo entre dos mujeres (o también entre dos hombres, con personas trans o queer, etc.), pero tengo la suerte de estar rodeada de personas abiertas y con las qué me siento muy cómoda. A estas personas que todaví­a tienen estos prejuicios, les dirí­a que no hay nada más normal y hermoso que el amor y el sexo entre dos seres humanos que estén atraí­dos uno por el otro, no importa su sexo o identidad de género. Que seamos cisgénero, transgénero, lesbianas, gays, heterosexuales, bisexuales, queers, etc. Todo lo que somos, queremos y hacemos, mientras haya consentimiento, es válido.

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