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2022: ni un paso atrás en la defensa de los derechos de las personas LGBTIQ+
2023
Intervención de Colombia Diversa ante la ONU
Excelencias, Embajadora Thomas-Greenfield y colegas, buenas tardes,
hoy demostraré que el género y la sexualidad están en el corazón de los asuntos propios del Consejo de Seguridad, porque la paz debe tener espacio para todos. Trabajo en Colombia Diversa, la ONG que lidera el movimiento social en favor de personas LGBT en Colombia. Gracias a nuestro trabajo sabemos por qué es importante pensar en las personas LGBT cuando los países y las sociedades se preguntan por la paz. La respuesta es sencilla: porque una sociedad que discrimina a las personas por su género o por su orientación sexual no es una sociedad pacífica.
Mi intervención tendrá dos partes. Comenzaré explicando las principales razones por las que los Estados deben construir paz incluyendo a personas LGBT, y en la segunda parte les diré qué pueden aprender del caso colombiano.
Primera razón para hacer esfuerzos de paz con enfoque LGBT: la discriminación en contra de estas personas es útil para que todos los actores armados avancen la guerra. Al existir un discurso social previo sobre quiénes son personas merecedoras de dignidad y quiénes no lo son, se crea un grupo de cuerpos disponibles para ser atacados. En Colombia Diversa hemos documentado que para congraciarse con la sociedad y, simultáneamente, atemorizarla, los actores armados desplegaron su violencia sobre las personas consideradas “indeseables”, que en muchos casos se trataba de personas LGBT. Pachita, por ejemplo, era una mujer trans que protegía amorosamente a otras personas LGBT de su pueblo, pero cuando un nuevo grupo armado llegó a ese territorio, la amenazaron de muerte y la obligaron a cortar toda comunicación con otras personas. Dos meses después la mataron y dejaron su cuerpo en el espacio público, y se dio la orden de que nadie fuera a su entierro. De esta manera, el grupo armado se congració con la comunidad que rechazaba la familia que Pachita había creado, y también dejaron claro que pueden controlar el movimiento, la vida e incluso el recuerdo de las personas que se interpusieran en su camino.
Segunda razón: la discriminación homofóbica y transfóbica que esos actores armados utilizan se deriva de la idea socialmente aceptada de ser hombre y ser mujer. Este Consejo ha liderado la creación de una agenda que reconoce la importancia del género en la construcción de paz. Atacar a las personas LGBT es, en realidad, castigarlas por ser “malos hombres” o “malas mujeres” que han desobedecido normas sociales. Invito al Consejo a revisitar las discusiones y hallazgos en la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad bajo este entendimiento.
Tercera razón: resolver la guerra está incompleto si se dejan fuera los asuntos sobre el género y la sexualidad. En Colombia Diversa hemos documentado que todos los actores armados cometieron el crimen de lesa humanidad de persecución motivada en el género contra personas LGBT, produciendo afectaciones desproporcionadas en las víctimas. Hoy quiero resaltar el daño colectivo de estos hechos. Cada vez que un actor armado ataca a una persona LGBT está enviando un mensaje a toda la sociedad: que estas personas son dispensables, que su ciudadanía no es importante, que siempre serán borrados del mundo. Ese mensaje permanece incluso cuando los actores armados se han ido y las hostilidades se han detenido, y refuerzan la costumbre de la discriminación en la vida cotidiana, lo que empobrece el discurso político, daña los esfuerzos de construcción de paz y la verdadera reconciliación social.
Para la segunda parte de mi discurso quiero dar recomendaciones que provienen del caso colombiano, que ha creado el estándar que las demás naciones deberían seguir: incluir en los acuerdos de paz un enfoque transversal de género junto con medidas e instituciones específicas sobre el tema. Esta combinación ha permitido que se escuchen e implementen las recomendaciones de los grupos especializados, y que se tengan conversaciones complejas y completas sobre género y sexualidad en la guerra.
También ha de seguirse nuestro ejemplo en la inclusión de personas LGBT en las negociaciones de paz. Esto fue el resultado de exigencias de organizaciones de la sociedad civil feministas y LGBT que llevaban décadas de trabajo conjunto. Su participación directa produjo la mención explícita de un enfoque de género que incluye a las personas LGBT en el acuerdo de paz y demás instrumentos que lo desarrollan e implementan. El Consejo de Seguridad puede promover esta práctica con los gobiernos que hoy adelantan salidas negociadas del conflicto y seguir promocionando la implementación de este enfoque en Colombia.
Por otro lado, los países que creen sistemas de justicia transicional pueden recoger un aprendizaje del caso colombiano, algo que no hicimos: crear un diseño institucional que responda adecuadamente al silencio revictimizante de los perpetradores sobre la violencia cometida contra personas LGBT y mujeres. En Colombia, la corte transicional lleva seis años entrevistando a máximos responsables e incomprensiblemente ninguno ha reconocido la violencia cometida contra personas LGBT ni contra mujeres ante este Tribunal (incluso cuando sí lo hicieron en la Comisión de la Verdad).
Finalmente, la investigación y reparación específica de la violencia contra mujeres y personas LGBT en el marco del conflicto armado debe ser una realidad, no solamente una promesa. En Colombia seguimos esperando la apertura formal del macrocaso 11 en la Jurisdicción Especial para la Paz, que investigará todos los hechos de violencia basada en género cometidos en el marco del conflicto armado. Este macrocaso fue anunciado en julio del 2022, pero no ha habido ningún avance desde esa promesa. Estas investigaciones son deseables y necesarias, pero deben materializarse de manera prioritaria y efectiva, no solamente prometerse. En este punto invito a otros países a recoger la idea de investigaciones judiciales específicas sobre hechos de violencia basada en género, pero llamo al Estado colombiano, a la Misión de Verificación y al Consejo de Seguridad a que dirijan sus esfuerzos hacia la efectiva apertura del macrocaso 11 y así ponerle fin a la larga impunidad e invisibilización de nuestras historias.
Excelencias, gracias por propiciar esta conversación, que espero que continúe y produzca formas concretas en las que pueden proteger y atender a las personas LGBT, como preguntarse explícitamente por los efectos que sus decisiones producen en estas personas antes de dejarlas en firme. Si actuamos de manera solidaria y eficaz, vamos a cambiar la manera en la que contamos la guerra y hacemos la paz. Y las personas LGBT podremos llegar a viejas sabiendo que hicimos historia, que logramos que nuestros dolores y amores en medio de la guerra cambiaran las estrategias de juzgar, reparar y prevenir todos los conflictos armados en el mundo.
Aquí pueden ver la transmisión completa: https://media.un.org/en/asset/k13/k133or09cy
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