Colombia Diversa recibe condecoración por el Congreso

Buenos días. Para mí es un gran honor recibir este reconocimiento. En nombre de Colombia Diversas, su junta directiva, su equipo de trabajo y todos los estudiantes, voluntarios, donantes y todas las personas que se han unido a esta causa común de hacer de Colombia una Colombia más incluyente y más diversa. Gracias al Senado de la República por este reconocimiento, hoy es posible lo que hace 20 años era impensable. 

Desde 1998, en este mismo recinto, la senadora Margarita Londoño y Piedad Córdoba, del Partido Liberal, trabajaron en este Congreso por reconocer los derechos de las parejas del mismo sexo, pero no lo lograron. Por más de 20 años trabajamos para pasar proyectos de ley de Unión Marital de Hecho y de matrimonio, y no lo logramos, a pesar de destacados aliados en todos los partidos. Porque podemos decir que, en todos los partidos, en el amplio espectro político, tuvimos aliados y aliadas. Recuerdo la visita del presidente López Michelsen, cuando dijo que el proyecto de ley debería reconocer derechos patrimoniales y no matrimoniales. Recuerdo también los apoyos de senadores y congresistas del Partido Conservador; por ejemplo, por mencionar algunos, como Juan Mario Laserna, Telesforo Pedraza o un senador del Partido Conservador que votó en contra del referendo en contra de la adopción de parejas del mismo sexo, diciendo que no quería que solo unas familias tuvieran derechos y otras estuvieran excluidas de la protección constitucional. Tuvimos grandes debates y escuchamos los más variopintos argumentos, argumentos en contra que se defendían incluso como excrementales. 

Hoy es posible lo que hace 20 años era impensable. Por ejemplo, esta condecoración; más de 150 sentencias de la Corte Constitucional que reconocen derechos a las personas LGBTQ+ y sus familias; acuerdos de paz que reconocen la victimización de personas LGBTIQ+ por todos los actores armados; funcionarios y funcionarias públicas, y presupuestos dedicados específicamente a acabar y eliminar la discriminación contra las personas LGBTIQ+; agravantes penales frente a la violencia motivada por el odio. Y, lo más importante, aliados y aliadas que han construido una red social que permite sostener estos avances.

Pero hoy siguen habiendo impensables, y voy a relatar los míos: espero que reduzcamos a cero las muertes violentas, la violencia policial y la amenaza motivada por la orientación sexual y la identidad de género. Espero que las personas trans, incluidas niñas, niños y adolescentes, tengan plenos derechos. Espero que podamos vivir sin escondernos, porque donde hay miedo no hay libertad, y donde no hay libertad no hay democracia plena. Espero que podamos compartir una agenda común con sectores religiosos y políticos religiosos, que, creo, ya la tenemos: luchar por un mundo libre de dolor, luchar por un mundo compasivo y sin humillaciones.

Yo crecí en un país donde se producía dolor, humillación y violencia hacia los cristianos evangélicos, motivadas por mentiras, prejuicios y manipulaciones. Espero que el proyecto de ley que busca eliminar el acceso a la salud de niños, niñas y adolescentes trans se base en estos valores: no seguir generando dolor, humillación y falta de amor, porque no queremos que en Colombia haya niños de primera y niños de segunda categoría a quienes se les niega el acceso a la salud.

Esos son los impensables de hoy, que creo que mañana serán posibles. Estoy segura de ello, pues, a pesar de los esfuerzos de muchos por borrarlos, seguiremos haciendo personas con una "alita rota", como diría metafóricamente Pedro Lemebel para referirse a las personas LGBTIQ+. Y aquí estaremos siempre: nos nacerán nuevas alas. Producir miedo es una estrategia de dominio que genera democracias débiles, populistas y tiranas.

Nosotros y nosotras no tenemos miedo. Tenemos esperanza. Muchas gracias.